viernes, 23 de mayo de 2008

te fuiste

ENTREVISTA CHINOY

Si, como es costumbre el Pub Cívico de Valparaíso nos resguarda esta vez de las frías noches de Junio y nos da la oportunidad de conversar con quien ha venido haciendo un trabajo musical constante desde lo que él denomina folk-punk. Mauricio Castillo comienza a sonar fuerte en Valparaíso. De la mano de letras profundas, complementadas con una guitarra al estilo trova, este cantautor oriundo de San Antonio quiso hablarnos de sus comienzos y del mensaje que encierra su trabajo. ElZócalo.cl los deja con Chinoy:
¿Qué es lo que más recuerdas de tu infancia en San Antonio?
Chinoy: me acuerdo que una vez salí de la casa medio atrasado para el colegio y tenía que cruzar un potrero para llegar; iba corriendo, me caí y me quedé ahí. Debo haber estado como una hora y después me fui, llegando obviamente llegué atrasado.

Es un momento que siempre recuerdo, porque me podría haber quedado ahí mucho tiempo más; viví esa sensación de que las cosas no son lineales, y que no tenía que llegar al colegio si no quería, que en el fondo era una opción.
También recuerdo que pasé de barrio en barrio, hasta que terminé en Placilla (San Antonio). Como a los 10 años. Jugábamos a la pelota porque allá está lleno de canchas y es como un barrio de muchos hombres, entonces había mucho fútbol, guerras y peleas; era recuático el barrio.
¿Cuándo parte el cuento de la música para ti?
Chinoy: parte cuando empiezo a ver que varias personas dentro de mi familia tenían algo que ver con la música. Un tío que cantaba, otro que tenía una guitarra, etc. Y en un momento como a los 7 años me regalaron una guitarra, aunque no la tomé nunca y se terminó por romper sola.
A eso de los 10 años, ahora en Santiago, un primo me empezó a mostrar discos. Lo primero que escuché fue la música punk, Sex Pistols, Los Ramones, Profetas y Frenéticos, etc.
¿Podríamos decir que ya en tu época de colegio venías con esa onda musical y que te destacabas por eso?
Chinoy: Si, yo ya tenía un bagaje musical respecto a la mayoría, que escuchaba otro tipo de cosas en el colegio. Yo tenía 12 años y escuchaba Sex Pistols, empecé a prestar discos y a pensar en que podía tener un grupo, y ya en segundo medio empecé con ese plan.
En el colegio no me iba mal, pero no era lo que quería hacer. Y tenía la sensación de que el profesor no me podía estar dirigiendo. Como que sentía que era adulto como él en algunos aspectos. Por eso tenía problemas con algunos profesores y con otros éramos súper amigos. Con el de música me llevaba remal pero me ponía buenas notas; ni tocaba la flauta yo y me ponía un siete y me decía que era porque sabía tocar la guitarra.
¿Hay un momento decisivo para elegir el camino musical?
Chinoy: yo creo que tenía una especie de celo en cuanto a la música. Siempre tuve como el carácter fuerte de hacer lo que quería. Lo que yo escuchaba (el punk), era lo que también yo vivía.
Por otra parte, estuve mucho tiempo como de los 10 a los 15 años en la iglesia y ahí había un cura medio “rojo” que metía a los cabros del PS que tocaban guitarra y que estaban armando un grupo. Y yo, muy chico metío entremedio. Él nos dio ese espacio para que tocáramos, mientras asistíamos a retiros espirituales también hacíamos música.
Un momento que ahí me marcó al parecer, fue una vez que toqué arriba de un escenario vestido de frac (risas) y me quedó gustando esa sensación, quedé engrupido.
Así que esas dos cosas tan distintas marcaron el inicio en la música.
Revisando un poco tu biografía, dimos con el nombre de tu primera banda llamada “Don Nadie”, ¿qué nos puedes contar de esa época?
Chinoy: era una banda punk, éramos medios rabiosos y queriendo más o menos marcar una diferencia, ya que el colegio era de curas y por eso muy estricto. Nos estaban como educando para salir a la sociedad y como yo era medio inquieto, no aguantaba mucho e hice esta banda. Salíamos del colegio y nos íbamos a tocar toda la tarde. Ahí empezamos a componer de inmediato, más que nadie yo, y en un año ya teníamos para un demo que sacamos, que todavía se escucha en San Antonio.
En el año 2000 vas a Argentina ¿Cómo nace este viaje?
Chinoy: bueno, apareció un viaje dentro de una borrachera. Había un primo de Argentina y me dijo lo acompañara para allá y al otro día ya estaba de viaje. Ahí llegué a Bahía Blanca, una ciudad bien industrial y bien apagada. Empecé a hacer amistad en la población con un grupo que tocaba como agro-metal, muy reconocidos por allá, así que de inmediato tuve donde tocar.
Después que vuelves de este viaje te dedicas a la pintura ¿Por qué?
Chinoy: siempre he tenido cualidades para pintar. Aunque no conservo casi nada de eso, todo lo he regalado. Mi estilo era como la inquietud permanente, rellenar con lo que no sé aún, descubrir.
¿Se puede asemejar este proceso de creación pictórica con la composición musical?
Chinoy: si, se puede asemejar por como se van asociando las palabras; como van apareciendo como tics y no como algo demasiado visto o evidente. También depende mucho del estado de ánimo.
¿Desde cuándo Chinoy?
Chinoy: mi abuelo es Chinoy, le decían así cuando jugaba a la pelota. Le decían pajarito también porque silbaba, ahora no silba porque tuvo un accidente y se pegó en la boca. Bueno de ahí viene.
Al principio te relacionaste con el punk, lo desarrollaste con Don Nadie y después viene el quiebre a lo acústico, este folk-punk, ¿Por qué este cambio?
Chinoy: porque ya no había tanta velocidad, estaba más pegado a los sitios, más arraigado. Tenía más espacio para experimentar y buscar. Como me alejé de la banda empecé a tocar solo, tuve que aprender a rellenar con la guitarra un montón de cosas. Eso fue sucediendo de a poco.
¿Cuál es tu proceso creativo, el de composición?
Chinoy: es como una tincá. Desde la primera palabra o melodía me empieza a sugerir algo que voy descubriendo a medida que avanzo.
Tus letras son bastante potentes, ¿cuáles son tus lecturas habituales? O ¿Cuáles son tus referentes?
Chinoy: siempre estoy leyendo algo, aunque no soy bueno para leer de corrido algo, agarro algo por aquí, después algo por allá, al final no acabo nada.
Pero por ahí, me gusta Vicente Huidobro, Rimbaud , Herman Hesse, etc. Hay un libro que me gustó mucho que se llama “El Maestro y Margarita” de Bulgakov, se trata de la visita del diablo a la tierra, pero un diablo caballero, que al final es una historia de amor entre un maestro y una dama de la alta sociedad y el diablo está metido en todo eso.
Ahora que esta “de moda” esto de la onda acústica en la música ¿Qué opinión te merece gente como Gepe?
Chinoy: lo ubico pero no mucho. Está basado en otras cosas, y por lo menos de donde vengo yo, ese tipo de música no funcionaría. Lo digo porque la gente de mi población no va a escuchar a Gepe. No sé como podría ingresar él ahí, no creo que tenga la viveza.
¿Y que tiene tu música que si llega a la gente?
Chinoy: bueno yo tengo una explicación que puede contradecir lo que acabo de decir: que esto de mi música viene de una parte desconocida que todos reconocen al oír nada más. También está este recorrido insesante de mi música, que hace que la gente me conozca en la calle; es una sensación buena que trato de devolverles a través de mi música.
Yo tengo como la alucinación que las cosas se pueden lograr, que si uno sabe entregar, puede llegar a un lugar donde todas las cosas pueden pasar, donde no es imposible caminar hacia delante o caminar por la calle tranquilo o feliz.
¿Qué otro tipo de música estás escuchando ahora?
Chinoy: He estado escuchando el trabajo de Manuel García y Shinead O'Conor, Bob Dylan, Joaquín Sabina, Drexler, etc. Sabina lo escucho hace tiempo, de cabro chico. Él tiene una canción que es como el sonido de la mar; y me recuerda ese sonido en San Antonio que se escucha mucho más que acá, porque hay mucha bulla en la calle.
¿Cómo es la noción de componer de Puerto a Puerto, es decir, entre San Antonio y Valparaíso?
Chinoy: toda mi vida he vivido en San Antonio. Pero alcancé a vivir un año y medio acá en Valparaíso cuando estuve en la universidad y me cayó rebien acá. Estuve viviendo de una manera más o menos desordenada, hice de todo en ese tiempo y creo que es como camino ya recorrido en este lugar. De alguna manera se parecen bastante y la composición es afectada por igual en ambas ciudades.
¿Es mucha la diferencia o mucha la similitud entre las 2 ciudades?
Chinoy: si a San Antonio le diera por crecer un poco más, se volvería tan pintoresco como acá, pero si no le ha pasado es porque tiene algo de especial Valparaíso. Yo creo que el clima puede ir ordenando a las personas, a la hora que tiene que acostarse, a la hora que tiene que tiritar, etc. Se parecen los climas y lo silvestre. Además que hay un puente de intercambio entre las 2 ciudades.
¿Tienes planteada una meta de aquí a fin de año en Valparaíso?
Chinoy: casi sin planes. Seguir confiando no más. No tengo donde ir. Antes pensaba que estaba en este cuento de la música y que podía moverme con el, que podía amanecerme, que se me podía ocurrir una canción en cada esquina y ahora me está pasando. Y estoy caminando lo que antes era un cuento, un delirio mío no más. Ahí voy a ver donde me lleva.
¿Cómo describirías tu música para la gente que no te conoce?
Chinoy: como un atrevimiento. Tratar de lanzar como algo que existe en mi no más; también como un deber, lo que me gustaría que pasara o soñar con quien quiero ser. Las palabras tienen el poder de darle un sentido a todo, jugar con eso hacia un lado positivo.
También descubrí que podía ocupar cualquier palabra para hacer una metáfora y todas esas palabras eran casi atómicas, se tocaban y de esta palabra hasta la última podían ser usadas de la misma forma. Paralelamente trato de cuidar de hacer una buena melodía que embellezca al texto.
Me interesa que esto que hago sea una especie de ciencia para mí, que no sea una manera de alcanzar cosas sino una manera de darme conciencia.

lunes, 19 de mayo de 2008